Acciones que han
tomado los gobiernos para verificar la sustentabilidad (carta a la tierra)
Promovida en el entorno de
las Naciones Unidas y de sus organizaciones, ha sido traducida a más de 30
lenguas desde su lanzamiento en el año 2000. Desde entonces la Carta ha ido
ganando difusión y reconocimiento en todos los países.
En el 2006, se reorganizó a
la Secretaría de la Carta de la Tierra y surgió la Carta de la Tierra
Internacional (CTI). Asimismo, se estableció un nuevo Consejo de la CTI,
compuesto por 23 miembros, con el fin de reemplazar al Comité Directivo y de
supervisar los programas básicos de la CTI y a un personal de tamaño reducido.
Steven Rockefeller, Razeena Omar, de Sudáfrica, y Erna Witoelar, de Indonesia
resultaron electos como los Copresidentes de este nuevo Consejo de la CTI.
Además, se abrió un nuevo Centro de la Carta de la Tierra de Comunicaciones y
Planificación Estratégica en Estocolmo, Suecia. La anterior Secretaría de la
Carta de la Tierra en la Universidad para la Paz se transformó en el Centro de
la Carta de la Tierra de Educación para el Desarrollo Sostenible. El Consejo de la CTI adoptó una nueva
manifestación de la misión y de la visión de la Carta y, comenzó a desarrollar
nuevas estrategias y políticas para esta tercera fase.
Los gobiernos nacionales
comenzaron a adquirir compromisos aún más firmes y formales con la Carta de la
Tierra. El Ministerio del Medio Ambiente de Brasil suscribió un acuerdo formal
con la Secretaría de la CTI y con el Centro para la Defensa de los Derechos
Humanos de Petrópolis —cuyos fundadores son Leonardo Boff y Marcia Miranda—
para promover la Carta en todos los sectores de la sociedad brasileña. También,
durante una celebración presidencial del Día de la Tierra en el 2007, las
Secretarías de Educación y de Medio Ambiente de México adquirieron públicamente
un compromiso para utilizar la Carta de la Tierra como instrumento educativo en
el sistema escolar mexicano. Otros gobiernos estatales y locales también
iniciaron o fortalecieron sus compromisos públicos formales de adoptar,
utilizar e implementar la Carta, tales como el Estado de Queensland, Australia,
y la República de Tatarstán, de la Federación Rusa, al igual que ciudades como
Calgary (Canadá), Munich (Alemania), Nueva Delhi (India) y Sao Paulo (Brasil).
Durante el 2006 y el 2007,
la cantidad de organizaciones que han avalado la Carta de la Tierra ascendió a
4,600, mientras que el número de visitantes de su página de Internet comenzó a
experimentar un dramático aumento, llegando a casi 100,000 por mes. Asimismo,
se lanzaron nuevos programas en los campos de la religión y los negocios. Por su parte, la Iniciativa Juvenil de la
Carta de la Tierra continúa ampliándose y actualmente existen grupos en 23
países. También, la cantidad de
afiliados ascendió a 97 en 58 países. La Carta de la Tierra comenzó a adquirir
una nueva relevancia en asuntos relacionados con las políticas, conforme la
dimensión global de distintos problemas, tal como el cambio climático,
destacaba la interdependencia existente y la necesidad de tomar acciones
colectivas. Se invitó a la CTI a participar en una conferencia internacional
sobre cooperación interreligiosa para la paz, cuya organización estuvo a cargo
del Presidente de la Asamblea General de la ONU.
En el 2007, como resultado
de un taller intensivo de tres días que condujo Oscar Motomura sobre la
planificación estratégica de largo alcance y que se celebró en Amana-Key, Sao
Paulo, Brasil, el Consejo de la CTI lanzó una nueva estrategia de “Política de
Descentralización para la Crecimiento Paulatino”, la cual se diseñó para
aumentar dramáticamente el grado de participación activa dentro de la
Iniciativa, sin necesidad de ampliar la administración central. Se elaboraron
los nuevos "Lineamientos para la Acción" con el propósito de ofrecer
un marco y un mecanismo de coordinación para esta actividad descentralizada,
dirigida a promover la Carta de la Tierra e implementar su visión.
Después de dos años de
gestionar la transición hacia la tercera fase de la Iniciativa de la Carta de
la Tierra, Alan AtKisson dejó su puesto como Director Ejecutivo de la CTI a
finales del 2007, con el fin de dedicarle más tiempo a su empresa consultora y
a otros proyectos afines. El Sr. AtKisson continúa su relación con la CTI en
calidad de asesor. Se designó a Mirian Vilela como la nueva Directora Ejecutiva
de la CTI y la sede de la Secretaría fue nuevamente el recinto de la
Universidad para la Paz en Costa Rica, junto con el Centro de la Carta de la
Tierra de Educación para el Desarrollo Sostenible. Asimismo, en el 2007, Erna
Witoelar dejó su puesto de Copresidente y se eligió a Brendan Mackey para que
ocupara esta vacante.
Con miras hacia el futuro,
la importancia de Carta de la Tierra continúa aumentando como fuente de
inspiración para tomar acciones, como marco educativo y como documento de ley
internacional blanda, al igual que como documento de referencia para el
desarrollo de políticas, legislación y normas y acuerdos internacionales. El
respaldo a la Carta de la Tierra se ha transformado en un proceso que señala un
compromiso con el documento en la práctica, lo que incluye el uso de la Carta
como marco de evaluación. La política de descentralización prepara el terreno
para una rápida expansión de las actividades relacionadas con la Carta de la Tierra
en el plano mundial.